Nada puede quebrarte

Que nada ni nadie te quiebre.
Todos somos vulnerables, al amor, a las amistades y a la vida.

¿Y si no le agradas qué?
¿Y si hablan de ti qué?

Estás viviendo, estás existiendo y si a todo mundo le gustaras de esta forma, no tendrías la oportunidad de hacerles fruncir el ceño al menos una vez en la vida.
Así que ya no calles, grita lo que te hace feliz, ama lo que realmente quieres amar y no te detengas por miedos y juicios ajenos.
No le des la oportunidad a nadie de hacerte menos, de dudar de tus decisiones, que al final de cuentas siempre es más fácil juzgar el pastel por su apariencia que por su sabor.

¿Quién está sintiendo lo que estás sintiendo tú en tu corazón?
¿Quién está amarrándose los pantalones para tomar la decisión?

Así que deja a la vida que te grite si así esta lo quiere hacer, que escriba cosas de ti, que se ría de ti. Déjala ser el mejor espectador, que decida si le gustó o no la obra. Y cuando tú, la obra, recibas estas críticas escúchalas, debate si lo vale, y si no, invítalos a que vean la siguiente obra o a que se atrevan a empezar a escribir la propia.
No te detengas por nada, vive por ti, ama por ti, calla por ti y siente por ti.
La única alma por la que eres 100% responsable de darle la mejor de sus vidas, es la propia.
Súbele a esa canción, baila en la calle, escribe lo que piensas, publica lo que quieras, vístete como te nazca, ama a quien lo sientas y aparta a quien creas necesario.

Vive, agradece, perdona, perdónate, júzgate a ti y mejórate y por nada del mundo juzgues a los demás, mejor ayúdalos a mejorar.
Ya existe demasiada maldad en el mundo como para que tú te le sumes.
Nada contracorriente y pinta de mil colores tu estancia en esta vida, de tantos que en algún momento logres transmitírselos a todos.



Lo único que tienes permitido aventarle a los demás es tu buena vibra; mucha vida.

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