Levanto mi bandera para disculparme

Hoy quiero levantar mi bandera de paz y saber pedir perdón.
Hoy quiero dejar mi abrigo de víctima doblando en un cajón y salir, sin prendas de atadura ni sentimientos de protección a disculparme contigo, con la vida y sobre todas las cosas conmigo.

Discúlpame por haber sido tan ciega y no haber sabido apreciar cada detalle que, con amor, me estabas regalando.
Discúlpame por haber sido tan niña como para saber qué era lo que realmente merecía.
Discúlpame por haberte lastimado, por las decisiones que tomé y no salieron como lo esperaba.

Discúlpame vida, discúlpame amigo y discúlpame alma propia, por no haber valorado cuando debí haberlo hecho y por ser tan débil en ese aspecto, que justo ahora me estoy rompiendo.

Discúlpame por actuar impulsivamente, por pensar en una consecuencia, pero no en el paquete completo.

Discúlpame por haber hablado de más, por haber actuado de más, por no saber que las cosas no tienen que ser aprobadas por los externos para poder funcionar.

Discúlpame por haber creído que, si abarcaba la felicidad ajena en su totalidad, iba a abarcar la mía. Por haber sentido que, si daba todo de mí a pedazos y a mentiras, iba todo a funcionar al final mejor.

Discúlpame si sonreí falsamente o si guardé lágrimas en mis ojos que querían salir y te dejé sin las respuestas para poder enfrentar el problema.

Discúlpame amigo, conocido, amor. Discúlpame por todo el mal que he hecho, por las malas acciones, las malas palabras y las malas decisiones. 
Discúlpame por ser recíproca en las cosas que recibía en mal estado y no haber sabido regresar mejores cosas en un mejor estado.
Discúlpame por callar, por no hablar, por haber tenido tanto miedo de la realidad. 
Discúlpame por haberte herido con intenciones de haberlo hecho.

Discúlpame alma propia, cuerpo propio. Discúlpame por no saber aceptar que no todos te van a querer. Por día a día luchar para que todos te amen por lo que ellos quieren ver y no por luchar para amarte a ti misma por lo que tú quieres que los demás lo hagan.
Discúlpame por no haber sabido ser lo suficientemente fuerte como para alejar lo que te estaba lastimando y haberte aferrado a lo que te estaba amando.

Discúlpame vida. Discúlpame por no ser el mejor ser humano siempre, por dañarte y dañar sin pensar. Por estos sentimientos malos que habitan en uno y por todas esas cosas de las que hoy tanto me aferro y si no suelto me hundo.



Vida, amigo, conocido, amor y alma propia, levanto mi bandera no solo para disculparme y saberme reconocer humana, hoy levanto mi bandera para abrir los ojos y mejorar, perdonar, cambiar y poder soltar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hay años que apremian y años que enseñan

Let’s break el apego

El príncipe y la guerrera de cuento de hadas