De antídoto se vive, pero para estar viviendo de el tuvimos que haber muerto de veneno alguna vez

Increíble pensar que de tiempos de odio se puede pasar a tiempos de amor.

Exactamente ¿Qué es lo que nos hace pensar que el veneno va a ser el propio antídoto? ¿Qué lo que te mata te va a revivir y que se puede encontrar la felicidad en el lugar en donde la perdiste?

Increíble es el sentimiento humano, el aferrarse a algo por el puro capricho y necesidad de no poder verte diferente o no poder verlo diferente.

Y es que bien lo han dicho, amores que matan no mueren y amores que mueren mucho menos matan, solo te hacen renacer y te hacen amar más.

¿Casi todos los amores son reales saben? Cada amor llega con su propio reloj y presupuesto, en el momento que se permite existir y crecer. 

Somos veneno y somos antídoto. Días de paraíso y días de olvido. Se llega como antídoto, se termina convirtiendo en veneno. Claro que no es generalizar todos los amores, porque a pesar de que la mayoría sean reales siempre terminará llegando el irreal, el final y el por siempre.


Yo he conocido de todo tipo de reales, desde el eterno que aquí sigue, con el que me enseñe a amar, el que alguna vez me dijo que para poder creer tenía que seguir, ese amor que me llegó muy pronto y sin embargo se quedó, al que mi familia amaba y yo lo hacía más. El que capturaba cada segundo en una fotografía y el que me enseñó a ver la vida más arriesgada. Ese amor que me enseñó que la distancia no impide y que cuando se quiere se puede. Conocía todo el amor de memoria, cada caricia y cada gesto y sin embargo sabía que tenía que ir conmigo al tiempo que nuestra piel lo pedía, besos de desayuno y besos de cena. Mi primera mentira honesta, el amor de mi vida en ese tiempo y mí por siempre.

Llegó el  total, el que nunca pensé que llegaría, con el que no coincidíamos en nada excepto en el simple hecho de que ambos estábamos locos el uno por el otro, el que me hacía ver la vida desde perspectivas diferentes, con el que no bastaba ser un motivo, si no ser el problema completo. Con el que los días se hacían minutos y nuestros cuerpos vivían siendo uno mismo. El que me acompañó en las buenas y en las malas y nunca demostró nada diferente a lo que yo le demostraba. Mi equilibrio y espejo en sentimientos. Mis mil mentiras honestas, mi primera mentira deshonesta y mí por siempre.

El guapo, que bello amor, era lindo todo, en realidad no puedo hablar tan metafóricamente de el pues siempre fue todo muy honesto. Nunca falto el respeto, ni mucho menos el cariño. Simplemente no fuimos momento.

Qué decir del ilegal, mi amor prohibido, el que ninguna mentira era honesta y con el que la vida se convirtió en pura noche, con el que bastaba que me dijera hoy para que olvidará que dos semanas no estuvo. Este amor real fue eterno en su momento, pero no fue ni el de mi vida, ni mucho menos un por siempre. Este amor simplemente fue el momento, un eterno resplandor.

Mi locura ¡Qué amor!, de este no tengo mucho que decir pues todos mis últimos escritos se ha quedado con el papel principal. De los más eternos y bandidos, tomó todo de mí desde mis mayores promesas hasta mis mejores sentimientos y por un tiempo logró transformar todo eso a odio y mentiras. Este amor fue de otra dimensión, éramos tan iguales que el conocernos no fue cuestión de tiempo, sino de un momento. Nos volvíamos locos el uno por el otro, pero se nos hizo fácil expandir esa locura a otros alrededores. No supimos guardarnos solo para nosotros, ni pararnos cuando ya no encontraríamos más que engaños y dolor. Nos volvimos adicción. Me enseñaste lo que es la esperanza y lo que es el querer. Mi estrella rota, pero siempre mi fugaz. Mi locura, pasión, nuestras verdades totales y nuestras mentiras por inútiles. Mi eterno, pero nunca mí por siempre.



Yo pensaba que el por siempre y el eterno eran sinónimos, cuando en realidad he aprendido que el por siempre son esos pedazos de amor que siempre vivirán, esos que sin lastimar tuvieron que partir, esos por siempre que nunca se irán. Mi eterno se ira desvaneciendo, no porque sea un amor menor, sino porque al final esos amores son enseñanzas, dolores al pecho que matan, que te tiran días y te desgastan, pero son esos amores que robaron de ti más, a los que siempre amarás y conforme vaya desvaneciéndose todo, una parte nunca morirá para que puedas siempre recordar que de por siempre está formada tu esperanza, tu amor y tu alegría y de eternos está formada tu fortaleza, tus aprendizajes y tu madurez.

Tengo un por siempre en mi eterno, pues a pesar de haber dolido como *haberlo perdido, el máximo dolor* es un por siempre que me amo como solo el verdadero amor lo sabe hacer.

El total siempre será un por siempre, el amor que me brindó es los más puro y honesto y merece ser impulso de nuevos amores.

Del guapo me queda el por siempre y del ilegal sin dudarlo lo eterno.

Mi locura se lleva toda mi eternidad, la fuerza que he creado desde que el ya no está, es esa fuerza que me ha hecho encontrarme.

No son 5 reales los que he tenido, faltan los mejores amigos, amores imposibles, amores de una noche y amores no correspondidos. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que esto de amar es un arte, es pintar tus mejores paisajes, enamorar al público y de una u otra forma ser comprada por ese amor, ser admirada o simplemente ser una obra más. 


Hoy puedo escribir todo esto pues ya no duele más, ya he soltado todo lo que necesitaba soltar de cada uno de esos amores y ahora estoy aquí, formada de cada pieza, de cada estrella rota, de cada fotografía, de cada caricia, de cada mentira. Estoy formada de lo que soy y estoy lista para un nuevo amor.



 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hay años que apremian y años que enseñan

Let’s break el apego

El príncipe y la guerrera de cuento de hadas