¡Claro que sabré que es él!
Y yo sé que algún día
llegará, lo podré sentir, lo podré oler, podré observar cada movimiento de él,
cada gesto y cada palabra que produce, podré ver como ama el mundo, como da más
de lo que tiene por ayudar a todos aquellos que lo necesitan, como mira a su
mamá y la besa, como respeta a su papá y lo admira, como su privilegio es gozar
de una familia y de un hogar. Podré ver en el tanta cultura, no por ser experto
en algún tema, si no por salir al mundo y conocer de todo tipo de ellos. Podré
ver sus cicatrices de guerra, que es un hombre que toca el mundo y no solo lo
estudia leyendo de los que ya lo vivieron. Podré ver su sensualidad, su personalidad tan atractiva. Podré oler su aroma, esa loción que muestra
como cuida de su aspecto, pero más podré oler su esencia que es la que muestra como cuida de su alma.
Cuando llegue, yo sé
que lo sabré porque me mirara como si fuera la verdad misma, como si fuera el
tiempo y la vida girara a mi paso. Podré ver como no rota con la vida, si no
que gira conmigo. Qué no seremos uno mismo pues sabrá decirme que no cuando lo
sienta y sabrá decirme que si cuando sea necesario. Que no seremos uno mismo
pues agua y aceite no se mezclan, pero crean cosas maravillosas juntas. Podré
saber que es él cuando ya no me interese voltear a ver a nadie más, cuando
verlo en traje y corbata sea satisfactorio y verlo en pants y chamarra sea un
lujo.
Podré saber que es él
cuando lo que haga le forme una sonrisa, sean estudios o trabajo, días de
desvelo o noches de sueño. Cuando su sonrisa me ilumine y me contagie, cuando
me abra la puerta del coche y me ponga su sueter cuando tenga frio. Sabré que
es el cuando no saque su cartera y me permita invitarlo, cuando la saque y se
permita sorprenderme. Cuando puntual sea su apellido y creativo su apodo.
Cuando las citas se conviertan en aventuras y no en momentos.
Yo sabré que es él con
el que quiero compartir mis días cuando las noches no lloren y solo me sonrían,
cuando una carta me toque el alma, cuando sus manos calienten las mias, cuando
conozca a mi familia y la haga su segunda, cuando camine del lado de la calle y
traté a los meseros como lo que son, seres humanos.
Cuando me haga
cosquillas todo el día, me llame por las mañanas y por las noches para saber
como inicia mi día y como termina, cuando toque a mi puerta sin esperarlo,
cuando sus amigos sean mis amigos y mis amigos los suyos.
¡Claro que sabré que es
él!, lo sentiré en mi cuerpo, las mariposas enloquecerán y me harán besarlo sin
parar, cuando no solo seamos atracción física, si no que nuestras almas estén
enamoradas. Cuando nos cuidemos de no engordar y cuando se nos olvide y pasemos
el día en pijama comiendo pizza y chocolate. Cuando tenga mi espacio y el sea
libre de tener el suyo. Cuando me presente a sus amigas y yo a mis amigos,
cuando la desconfianza no viva entre nosotros, pues el amor no se dudará ni a
segundos.
Sabré que es el cuándo
empiece a planear futuro conmigo y no le interese solo vivir el presente a mi
lado, cuando nuestras metas caminen juntas y nuestros sueños sean gigantes.
Cuando me dé una rosa
sin ser un día especial, hable de mí sin motivo alguno y se enoje conmigo y
sepa volver. Cuando las peleas sean para crecer juntos y no para hundirnos.
Cuando sus labios me toquen suavemente, cuando me bese con los ojos cerrados,
cuando tome mi cintura y sea solo suya.
Sabré que es el cuándo
tenga prioridades, pero haga que yo encajé en todas ellas. Cuando tenga tiempo
para mí y todos los días me recuerde porque está enamorado de mí. Cuando cada
detalle que le haga lo vuelva loco y cada tontería que diga lo mate de risa y
si no es así, mínimo de ternura.
Cuando baile conmigo,
cante conmigo y no se apene de romper el mundo a mi lado. Cuando comparta mis
pensamientos de nerd, discuta conmigo sobre la creación de la vida, ecuaciones
y volleyball. Cuando me escuche hablar con pasión de todo lo que amo y aunque
no lo entienda trate de vivirlo conmigo. Cuando me enseñe su mundo, a leer
a sus autores favoritos, a usar sus aparatos de trabajo, a comprender la vida
como él siempre la ha visto. A ser ying y yang, oscuridad y luz, amor y pasión,
él y yo.
Sabré que él ha llegado
cuando lo mire y no sienta paz, sino al contrario, sienta terremoto, sienta
fenómenos en mí, sienta descontrol emocional y cuando al final se aproximé y
toque mi corazón aparezca equilibrio, balance, paz y temblor, pero sobre todo
tranquilidad de ser yo, él, nosotros y sobre todas las cosas amor.
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