Hasta alcanzarme



Conté 12 noches que pasé sin poder dormir pensando en que no estaba acercándome al lugar en el que de verdad quería estar. Que ya habían pasado más de 2 años en el que mi cuerpo se había agotado de tanta dependencia, de tanta aprensión y de moverse siempre a ciegas.

11 veces las que me levanté por las mañanas sabiendo que algo me faltaba y que, si no podía abrir los ojos y empezar a decidir por mí, esas 11 veces pasarían a ser infinitas.

10 consejos los que escuché, que necesitaba hacer algo porque estaba extinguiendo mi luz yo sola. Que tenía que soltar cadena y emprender camino o poco a poco iba a terminar consumida en el trabajo que no me gustaba, en la relación que no me llenaba y en las amistades que no quería.

9 martes de huir a los brazos de mamá y rellenar mi alma de caldo de pollo para ocultar que algo no estaba bien.

8 explicaciones ajenas del porque yo merecía más, del porque yo me sentía mal y del porque ellos tenían que cambiar para hacerme feliz.

7 noches bañadas en lágrimas. Empezó un lunes renunciando a todo y aceptando que la que tenía que cambiar era yo y terminó un domingo en el jardín de mi casa, con papel y tinta en mano, Alborán de fondo y mi cuerpo totalmente purgado.

6 intentos de escribirle, de tomar las llaves del coche y aferrarme a todo lo que ya había perdido.

5 días difíciles escuchando solo instrumentales, huyendo de cualquier palabra, voz o memoria que me tirara. 5 días de mucho esfuerzo, de 5 km matutinos, jugo verde por el desayuno,  lecturas infinitas, salidas constantes y risas, pláticas y mucho amor con los seres queridos.

4 semanas y ya lucía 7 kg más delgada, 8 horas laborales más productivas y bien disfrutadas, 9 capítulos más de mi serie y 10 veces más alegre y tranquila.

3 nuevas cosas por hacer cada semana, 3 nuevas entradas a mi blog por mes, 3 fotos en Instagram mostrando las maravillas de la vida, 3 actos de amor diarios al prójimo y 3 buenas razones para sonreír por segundo.

2 decisiones que separaban a la que estaba siendo por comodidad y a la que quería ser por libertad. A la que estaba sentada viviendo una vida muy cómoda y un tanto injusta de la que quería sentarse solo para tomar impulso y buscar su propia justicia.

1 decisión para cambiar, para tomar lo que merecía, lo que de verdad quería. Solo se necesita 1 día, que los demás 30,40 o hasta 50 días para actuar  y curar tienen su tiempo y a un buen primer día de cambio y decisión como guía.

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