Cree en ti
Deja de sentir culpa por decir que no, por no querer ir, por preferir otras cosas.
Deja de escudarte en buscar pretextos para que tenga lógica tu decisión; solo tiene que tenerla para ti.
A veces nos encanta hacer sentir a los otros que deberían haber hecho algo que nosotros queríamos, pero la realidad es que tu decisión no es la decisión de los demás.
Deja de sentir que puedes controlar todo. Controla tu vida, tus elecciones y tus emociones.
Lo que eres y lo que serás.
No por tratar de quedar bien, que alguien más no se enoje o que se justifique lo que decides, digas o escribas un párrafo inmenso del motivo de tu ausencia; intentar que para el otro sea razonable y solo así sentir paz contigo mismo.
Ya es razonable tu decisión, sea cual sea.
La paz interna que sientes al decir lo que sucedió, justificándote; es la misma paz interna que al tomar la decisión debiste tener. Entonces pregúntate, ¿Estoy tomando esta decisión por mi o por algo/ alguien más?
En un mundo común, podría catalogarse como egoísta. Simplemente se llama amor propio.
Primero estás tú, así que deja de ajustarte para que los demás te aprueben, para que las situaciones se acomoden.
Todos tenemos un sexto sentido que nos dice si está bien o está mal, si prefieres dormir o prefieres ir a bailar, si es blanco o es gris.
Solo tú conoces ese sexto sentido, respétalo como a tus otros cinco.
No quieras justificarlo, ¿Acaso uno va por la vida diciendo que se comió una hamburguesa porque uno de sus sentidos le dijo que olía bien y debió hacerlo?
¡Hasta absurdo suena justificarlo!
Domina esa parte, y aplica el espejo.
No hagas lo que no te gustaría que te hicieran. Respeta las decisiones ajenas y no te enojes si las cosas no sucedieron como tú esperabas.
Las personas no leemos las mentes, y aunque lo hiciéramos, no es motivo para que alguien más haga lo que tú te aferras a que haga.
Suéltalo, no controles vidas ajenas cuando se te está escapando la tuya en el camino.
Respira y adáptate. Somos diferentes, por eso las elecciones de las personas que tenemos en nuestra vida. Porque aportan algo nuevo en ti, algo que no tenías y te hacía falta.
Querer que hagan lo que nos gustaría que hicieran, es querer tener réplicas exactas de nosotros.
Y un último consejo, tómalo de quién viene. Hay decisiones que afectan más porque son de un ser querido, palabras que dañan más por venir de quien menos lo esperabas y sin embargo no es motivo para justificar.
Si haces daño o te equivocaste, discúlpate y actúa para remediarlo. ¡Nadie es perfecto!
Pero si la situación que te afecta se debe a personas que ni siquiera les importas y solo esperaban algo de ti por un día, aplica la misma regla del daño y si lo ocasionaste discúlpate, y si fue un capricho ajeno, dale importancia de un día y déjalo ir.
No malgastes tu tiempo en donde no creces, en donde no te sientes feliz.
Deja de escudarte en buscar pretextos para que tenga lógica tu decisión; solo tiene que tenerla para ti.
A veces nos encanta hacer sentir a los otros que deberían haber hecho algo que nosotros queríamos, pero la realidad es que tu decisión no es la decisión de los demás.
Deja de sentir que puedes controlar todo. Controla tu vida, tus elecciones y tus emociones.
Lo que eres y lo que serás.
No por tratar de quedar bien, que alguien más no se enoje o que se justifique lo que decides, digas o escribas un párrafo inmenso del motivo de tu ausencia; intentar que para el otro sea razonable y solo así sentir paz contigo mismo.
Ya es razonable tu decisión, sea cual sea.
La paz interna que sientes al decir lo que sucedió, justificándote; es la misma paz interna que al tomar la decisión debiste tener. Entonces pregúntate, ¿Estoy tomando esta decisión por mi o por algo/ alguien más?
Quizás desde ahí ya ni siquiera te estás sintiendo tranquilo.
En un mundo común, podría catalogarse como egoísta. Simplemente se llama amor propio.
Primero estás tú, así que deja de ajustarte para que los demás te aprueben, para que las situaciones se acomoden.
Todos tenemos un sexto sentido que nos dice si está bien o está mal, si prefieres dormir o prefieres ir a bailar, si es blanco o es gris.
Solo tú conoces ese sexto sentido, respétalo como a tus otros cinco.
No quieras justificarlo, ¿Acaso uno va por la vida diciendo que se comió una hamburguesa porque uno de sus sentidos le dijo que olía bien y debió hacerlo?
¡Hasta absurdo suena justificarlo!
Domina esa parte, y aplica el espejo.
No hagas lo que no te gustaría que te hicieran. Respeta las decisiones ajenas y no te enojes si las cosas no sucedieron como tú esperabas.
Las personas no leemos las mentes, y aunque lo hiciéramos, no es motivo para que alguien más haga lo que tú te aferras a que haga.
Suéltalo, no controles vidas ajenas cuando se te está escapando la tuya en el camino.
Respira y adáptate. Somos diferentes, por eso las elecciones de las personas que tenemos en nuestra vida. Porque aportan algo nuevo en ti, algo que no tenías y te hacía falta.
Querer que hagan lo que nos gustaría que hicieran, es querer tener réplicas exactas de nosotros.
Y un último consejo, tómalo de quién viene. Hay decisiones que afectan más porque son de un ser querido, palabras que dañan más por venir de quien menos lo esperabas y sin embargo no es motivo para justificar.
Si haces daño o te equivocaste, discúlpate y actúa para remediarlo. ¡Nadie es perfecto!
Pero si la situación que te afecta se debe a personas que ni siquiera les importas y solo esperaban algo de ti por un día, aplica la misma regla del daño y si lo ocasionaste discúlpate, y si fue un capricho ajeno, dale importancia de un día y déjalo ir.
No malgastes tu tiempo en donde no creces, en donde no te sientes feliz.
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