Tan simple y sencillo
Y ya ha pasado un tiempo desde la última vez que me tembló el alma con tu mirada.
Perdí la
cuenta en la quinta luna o tal vez lo hice la ultima vez que recordé lo que me gustaba de ti.
En realidad los días no han ido tan mal sin ti, los sabores
volvieron a formar parte de mis 5 sentidos.
Ahora río más y no
lo hago para ser esa mujer fuerte que todos quisieran ver.
Me he sentido más presente.
Pero es una tormenta, cuando me da por
comparar todo lo presente con lo ya vivido y todo lo vivido con lo que desearía
estar viviendo.
Lo terrible es cuando soy consiente de
eso y me doy cuenta que volvieron a mi mis 5 sentidos básicos, pero el sexto aún no reacciona como debería hacerlo.
Es peor aún cuando conectó
conmigo y dejo de lado los prejuicios dándome cuenta que nunca nada me hizo
mal, al contrario, yo estuve en creación
constante de algo que me pudiera hacer sentir así para que de esta forma nada fuera mi culpa.
Terrible y peor, quizás debería
decir increíble y mejor porque por primera vez estoy en sincronía y armonía
con lo que quiero, porque de todas las maneras posibles en las que me perdí logré
encontrarme.
La idea de soltar todo porque necesitaba
mis manos libres para escribir y abrazar, mis labios libres para besar, gritar,
hablar y cantar; Esa idea que siempre estuvo aquí. Esa idea que recorre mi piel
y vibra constantemente diciéndome que esa idea siempre fui yo.
La verdad es que el melodrama es poderoso
y más aún la
idea de comprar cualquier situación
para poder protagonizar todo.
Pero también es cierto que cuando abres los ojos y aceptas tu
realidad sin necesidad de jugar al destino, karma, dharma o simplemente al
aventurero del día con día, es cuando empiezas a estar presente, a estar
consiente de que la realidad no es un por venir, es un crear, un realizar y un
enfocar.
Desde que deje atrás cualquier pretexto que me regalará un sentir que fuera negativo para poder poner
canciones melancólicas, meterme a bañar con estas y llorar "sin razón alguna" comencé a crear acciones positivas para poder cantar alegrías y bailar al compas de estas mientras me metía a la regadera sintiendo el agua caliente caer sobre
mi piel y darme cuenta que todo pasa, todo se supera y todo mejora, pero que
necesitaba estar en paz mi ser para que todo eso pudiera ocurrir.
Ahora soy diferente, me siento más bonita y presente. He aprendido a valorar a quienes
me rodean por lo que aportan a mi vida y a determinar hasta que punto debo
aportarles yo en la suya.
Ya me levanto tarde porque mi cuerpo me
pide unas horas más en la cama y porque mi alma sabe que así rendirá
mejor. También aprendí a madrugar porque descubrí que las primeras horas del día le dan calor a mi cuerpo, le dan energía a mis pensamientos y me regalan tiempo.
Me preocupo menos por como resolver cada
situación con la que me enfrento, porque empiezo
a planear mejor lo que quiero, a visualizar que es indispensable y que solo es
necesario.
Ya no huyo de mis problemas y de las
cosas que no me gustan, pues si están
aquí es porque algo hice mal o simplemente debo afrontarlas para que estas
mejoren, cambien o sencillamente desaparezcan.
Mis dieci tantos fueron mi pretexto
perfecto de ser una destrampada-aventurera, cuando en realidad se que a mis
cincuenta y tantos lo seguiré
siendo, porque no es la edad; Es la persona. Y ahora que los veo irse, veo
venir muchas otras cosas que al parecer deberían asustarme, pero me intrigan demasiado como para
estar pensando en eso.
Hoy me veo y me enorgullezco de todo lo
que he logrado, del lugar en el que estoy y de las personas que me rodean.
Plena por dentro y por lo tanto plena
externamente.
He decidido ser la misma de antes,
alegre, llena de vida. También he
decidido ser la mejor después de
todo; renaciendo, reencontrándome, redescubriéndome, amándome y dejando que me
amen con la misma intensidad que yo lo hago.
He decidido dejar atrás la inseguridad que hice un hábito y confiar en que existe la bondad y el amor al prójimo. Confiar en el amor que me tengo y en el amor que
los demás me tienen.
Dejar atrás todo ese miedo de que algo saldrá mal en donde me encuentre y atraer a mi vida toda esa
seguridad y alegría de que alguien más sea feliz de compartir su tiempo y vida a mi lado
porque le está dando alegría y paz a mi vida y ese sentimiento es recíproco.
No ha pasado un tiempo desde que el alma
me dejo de temblar con tu mirada; Ha pasado un tiempo desde que el alma quitó la venda de independencia de la creación de la idea de que temblaba con una mirada, cuando en
realidad temblaba por la felicidad de sentirse viva y amada. Cuando el alma se
siente así es plena, es pura, es suya. Cuando deja
de hacerlo es momento de cambiar, de buscar formas nuevas de renovarla y de
retornarla a su estado natural.
No es necesario culpar a las situaciones,
a las personas o a las decisiones de un mal. Se requiere saber cuando estas
tres cosas ya no encajan en tu vida para poder renovar y ser tú.
Ser vida.
Ser amor.
Ser paz.
Ser felicidad.
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