Tiempo al tiempo
¿Y qué si te
estoy extrañando? ¿Y qué si en un rato lo dejo de hacer? ¿Y que si mañana
decido no volverte a ver?
Ya no duele por
las razones que antes dolía, incluso ya no se siente lo que antes se sentía. Todo
ha dado un giro tan impresionante, que ni siquiera ya es el tema de raíz el que
me hace sentir así.
Dejó de ser el tema central lo que se supone debía
serlo hace mucho tiempo, dejo de ser importante el que piensa, el con quien
habla, inclusive el a donde va. Y sí, creo que eso es soltar realmente a
alguien. Dejar en total libertad su vida y no porque ya no lo quieras, ya no lo
sientas o ya no esté, simplemente porque deja de ser un cambio constante de tu
día a día. Comienzas a perdonar, a perdonarte y comienzas nuevamente de cero.
Comienza el
choque emocional entre el no dejar ir lo último que te tocó el alma para
sentirte con un propósito por miedo a buscar uno nuevo, de no querer seguir por
miedo al gran giro que sabes que todo dará. Te da miedo verte ahí, hermosa, de
pie, pero te da más miedo llegar y encajar nuevamente en alguna parte y que
nuevamente todo vuelva a cambiar, todo vuelva a caer y nuevamente volver a
crecer.
Pero ahora, aquí
sentada escribiendo esto, me doy cuenta que ese miedo de repetir historia, de
volverte a enamorar y que vuelva a doler, cada vez va a ser menor y menos
doloroso. No por el hecho de que vas a amar menos, o no encontrarás nada igual,
sino porque cada vez vas creciendo más. Te vas armando de experiencias, vas perdiendo
piezas del rompecabezas, pero vas fabricando nuevas.
¿Y qué pasa si
quiero seguir aferrada a esto, si quiero seguir creyendo, idealizando y
pensando que es lo que me corresponde y es lo que quiero?
Pasa que seguiré
aquí, sentada, intentando, feliz a ratos del día y decepcionada a otros tantos.
Seguiré viviendo de una esperanza, de un mensaje o tal vez si tiene tiempo, de
una llamada. Seguiré esperando esas palabras que llevo esperando tanto tiempo.
Sentada, acostada, de pie, como sea lo seguiré haciendo. Va a haber momentos
que me sienta realizada, que me sienta poderosa y que me sienta querida, pero
no lo valen junto a todos esos momentos en donde me siento pequeña, segunda
opción o simplemente una necesidad.
¿Y qué pasa si
simplemente quiero seguir y dejar todo esto atrás?
Pasa que ya no
lo tendrás y tendrás que aceptarlo. No se conocieron siendo amigos, no salieron
como amigos y no terminaran como tal. Pasa que lo vas a extrañar, a necesitar a
ratos, a pensar otros tantos y a querer perder ese famoso orgullo, que bien
sabemos que es la propia dignidad, por poder estar un rato más a su lado. Pasa
que tienes que ser fuerte, que vas a tener que salir de tu zona de confort y
enfrentar lo que sigue. Que vas a tener que cerrar ciclos y capítulos, para
poder seguir escribiendo.
Pasa que vas a
empezar a dejarlo de ver como un mal, como algo que te dañó y como algo que no
te hizo bien, pues poco a poco vas a agradecerle por llevarte a donde te está
llevando, por enseñarte de buena o mala gana que no siempre vas a tener lo que
quieres, no siempre te van a ser honestos y no siempre serás la prioridad. Pasa
que vas a empezar a verte a ti, sentada, hermosa y nueva, con la mente más
clara, con nuevas ideas, nuevos sueños y más ganas de amar que nunca. Pasa que
esas ganas de amar no van a ser por necesidad, si no por correspondencia. Por
correspondencia al amor propio que te tienes, al amor que sabes que mereces.
Pues si bien a su tiempo me conforme y me hice corresponder un amor a medias,
un amor de un día a la semana, un amor de contacto físico y no sentimental, un
amor de risas, de tonterías, un amor no de dos, si no de tres, de cuatro y de
todos las posibles conquistas que nos llegarán a ambos, pues al no ser nada,
nada limita a rechazarlas.
A un amor, alimentado
de recuerdos, de esas ganas de hacerlo grande, un amor de esperanzas, promesas
sin cumplir y falta de atención. Un amor de momento, hermoso, un amor puro a su
manera, pero un amor sin rumbo.
Ahora sé que
merezco más que eso, a su tiempo me fue suficiente, pero ahora quiero lo que
para mí es un amor de verdad. Salidas y risas, boberías y seriedades, bailar,
comer, dormir. Estar juntos, pero igual estar separados respetando tiempos y
prioridades. Nada de promesas vacías, pretextos, ni mucho menos dar más del 50%
que te corresponde. Un amor que me llene, que me haga ser mi mejor versión,
crearla, romperla, caer, crecer pero siempre para adelante; No deteniéndome a
su altura para que de alguna forma no se sienta que lo miro desde arriba. Un
amor que me guíe, que no me haga dudar y sobre todo un amor que encuentre todo
en mí y que no necesite alimentarse de alguien más.
¿Y qué pasa si
simplemente todo eso siempre ha estado frente a mí?
Pasa que
entonces empiezas a reconocerlo, todo ese amor que buscas siempre ha estado.
Está en ti, en tu forma de actuar, de romper el mundo con solo pisarlo, de
encajar a la perfección en donde sea que te encuentres, de hacer vibrar un
lugar con tu presencia, de brillar la oscuridad, y apagar el fuego.
Se encuentra en
ti, en la seguridad que tienes de lo que haces, en tener más planes de vida,
que de fin de semana. En tener 19 años y saber que quieres hacer en 10 años,
pero poner más a duda que quieres hacer hoy en la noche, como dividirás el
tiempo para estudiar, hacer tarea, disfrutar lo que amas y a lo que le entregas
8 horas de tu día, mientras piensas como dividir ir a bailar, comer, gritar,
tomar reír, conocer gente, reencontrarte con amigos, volver a enamorarte,
besar, planear nuevos viajes, nuevas experiencias y hacer que todo encaje a la
perfección. Soñar tan grande que tus propios sueños te asusten, ahorrar, gastar
en ti, tener planes fijos y empezar a actuar por ellos. Consentirte y tirarte
un sábado sin hacer nada, viendo la serie más tonta del mundo, comiendo el chocolate
que sea, hablando con tu mejor amiga o hasta con tu mamá. Ocupándote en ti, tu
salud, tus necesidades, tus caprichos y tu amor.
Y si, cuando
empiezas a dedicarte a eso, empiezas a olvidar que él no te ha llamado, que él
no te ha escrito, que él ya subió una nueva foto, que él no quiere verte,
que él está con alguien más, que el probablemente te buscará en una semana o
tal vez mañana. Empiezas a recordar que mereces a alguien que este a tu altura,
tanto intelectual como sentimentalmente. Alguien que te valore por quien eres y
valore el tiempo que le dedicas. Alguien que te merezca con todo el sentido de
la palabra. Alguien que vaya de acuerdo a ti. Comienzas a perdonar, a saber
darle el tiempo que merecía y a agradecer haberlo tenido en tu vida. Te
perdonas a ti, por lamentarte de buscarlo, de hablarle, de escribirle, de
ponerte bonita y esperarlo.
Empiezas a
darte cuenta que no era un lamento, era simplemente un cariño mal enfocado.
Pero los mejores viven de esperanzas, viven de la fe, de la humildad y del amor
que dan. Viven de todo lo que crean y viven de las oportunidades que toman.
Viven de aventarse, aun sabiendo ya la respuesta. Viven de todas esas lecciones
y sobre todas las cosas viven de ellos mismos.
Y
entonces me pregunto:
¿Y qué si te
estoy extrañando? ¿Y qué si en un rato lo dejo de hacer? ¿Y que si mañana decido
no volverte a ver?
¿Y qué si me
dejo sentir todo eso? Pues sé que al final mis resultados serán oro. Seré yo,
amando, conociendo, viviendo y dejando pedazos de mí en todo lo que toco.
No es malo
perder un poco la dignidad cuando así se siente, o poner 51% de ti cuando estás
pasando el límite, ni siquiera es malo esperar algo de alguien sabiendo que no
será. Estas viviendo.
Pero no interactúes
tanto con eso, siéntelo, vívelo. Pero deja ya de perder tu tiempo.
Tú decides el
tiempo que le das al tiempo, y 400 años se han convertido en una eternidad. Déjalo
atrás, el mismo me lo dijo, son más los que vienen que los que se van.
Al parecer coincidimos en muchos de nuestros pensamientos a mi también me gusta pensar en grande, tener planes y sueños cada vez más grandes y mejores que hasta me hacen temblar y sentirme a la vez poderoso.
ResponderEliminarEs parte de vivir. Soñar en grande, para vivir en grande. Gracias por tomarte el tiempo de leerlo:)
EliminarSin duda eres una de las personas que rompen el mundo con solo pisarlo, que encaja a la perfección en donde sea que te encuentres, que hacer vibrar un lugar con tan sólo tu presencia, que hace brillar la oscuridad y apagar el fuego.
ResponderEliminarGracias por tu amistad
Aun que ya no hablemos mucho :/