Inhala, exhala y ríe


Este ha sido uno de los mejores años de mi vida porque he aprendido a balancear todos los cambios en mí y en ella.

Uno de los procesos más bonitos y difíciles por los que he estado atravesando, ha sido redefinir mi concepto del tiempo, del éxito y de mi presente.

Había estado viviendo muchos años tratando de pertenecer a una sociedad en donde estudiar una ingeniería me iba a llevar a no estar sentada en una oficina, y si, eso es lo que hoy hago y amo.

A levantarme todos los días abrumada por no tener mi negocio, por no tener cuadritos en el abdomen, por no haber conocido 10 países este año, por haber cambiado mis sueños, por salirme de un lugar en donde me encontraba muy cómoda, por gastar mi dinero en algo que hoy ya no quiero, por no ejercer lo que mi profesión dicta al pie de la letra, por no haber continuado con mi deporte de vida, por no tener tiempo, y por las mil y un excusas más que me repetía, bajito, muy dentro de mí, haciéndome sentir tan pequeña e insuficiente,; quitándome todo mi valor.

Hasta que un día dije basta.

Permití que mi alma soltara todas las lágrimas que quería, me tiré en cama unos días dejando de lado esa obsesiva ansiedad de tener que hacer para pertenecer, para sentirme bonita, linda y valiente.
Me permití sentir, sin juicios, sin necesidad de que desapareciera esa tristeza, ese sentimiento de pérdida, todas esas dudas.

Me permití ser, estar presente en ese momento, permitirme suceder para trascender.

Me hice un chongo alto como buena mujer chingona, y en tinta y papel plasmé todo.

Escribí todo lo que estaba sintiendo, lo que me tenía abrumada, todo lo que me hacía feliz, todo lo que estaba dejando de hacer por aferrarme y todo lo que quería hacer por mí.

Comencé con primeros pasos, cual bebé volviendo a nacer. 
Me puse pequeñas y grandes metas y comencé a cumplirme.

Salí de mi zona de confort y le di vuelta a mi vida. Acompañada de guías y sabiduría externa, he logrado conectar con mi sabiduría interna. Entendí que los demás no son dañinos y que construir cosas juntos es lo que nos hace inmensos.

Me he levantado más temprano, he meditado más, volví a la lectura y a la alimentación consciente.
He amado y agradecido mi trabajo actual, reconocido lo buena y valiente que soy en el. He conocido 10 restaurantes y museos diferentes, he comenzado a caminar por mis nuevos sueños y he aprendido a reconciliarme con los que ya no están.

Me he puesto nuevos retos y he intentado actividades físicas que creía mi cuerpo no era capaz de hacer.

He sacado tiempo de las piedras, he dejado los pretextos entre las hojas de mi libreta, y me he repetido muy bajito, muy dentro de mí, reconociéndome tan inmensa y perfecta, honrando mis procesos y mis tiempos, lo perfecta, mágica y única que ya soy y que sigo construyendo.
Hoy soy perfecta y exacta como estoy, en el lugar que estoy.

Hoy soy quien soy para poder ser la mejor en lo que hago y en las circunstancias que he decidido.Estar aquí, en el presente.

Construyendo una vida que me llene de paz, de amor y abundancia. Una vida que me llene de luz, de gratitud y de plenitud.

Una vida que me haga gritar bien fuerte que con toda y esta locura, soy perfecta.

Una vida llena de desiertos, hecha para ser vivida por un mar inmenso como el que yo llevo dentro.



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