Mi mayor proyecto


Empecé a creer que había perdido la capacidad de escribir, de comunicarme.
Que ya no era sencillo tratar con mis seres queridos. Me vendí la idea de que todos evolucionamos y de que muchas cosas ya no eran necesarias.
Me desapegué del hábito de la lectura, de las platicas conscientes, del ejercicio y de la realidad.
Sin darme cuenta, estaba manifestando externamente lo que me sucedía en el interior.
Era muy normal que mi creatividad estuviera dormida y yo sintiera que las nuevas ideas no fluían, porque en vez de poner a trabajar a mi cerebro para incentivarlo a ello, me levantaba y lo primero que hacía era tomar mi celular y abrir Instagram, Facebook o las noticias para ver que estaba sucediendo; ni siquiera estaba dándome el tiempo de agradecer por despertar; de sentirme viva.
Cuando llegaba a mi casa después de estar 8 horas en una computadora trabajando, me tiraba 5 o 6 más a envolverme en el celular deslizando el dedo, dando likes y generando cero aportaciones a mi mayor proyecto.
A la par comencé a escuchar podcasts y a seguir cuentas que me motivaran a salir de ahí, pero como no me importó hacer el mínimo esfuerzo, todos los días me levantaba frustrada por no estar en donde tanto quería estar, por sentir que nada de lo que estaba haciendo hoy aportaría a mi futuro, por alejar gente de mi vida basada en la teoría sin poner en práctica lo que sentía.
Estaba caminando tratando de aprender de una manera teórica todo lo que se que me ayudaría a sanar en el interior, sin darle práctica o una verdadera intención; y si, eso solo me estaba llevando a la frustración y a la negación.
Sabía que era lo que necesitaba para sentirme feliz, plena y en paz, pero estaba muy cómoda para realmente buscarlo.
Así que comencé a levantarme 1 hora antes de lo normal, y no fue nada fácil, pero empecé a ver cambios muy pequeños y significativos.
Sentarme 5 minutos a agradecer por lo que me hiciera sentir plena ese día, escribir un poco de esto, darle a mi respiración importancia y sentirla, escuchar lo que sucedía en el exterior sin hacer un clic en el teléfono.
Ya no estaba corriendo, ahora hacía las mismas rutinas de todos los días, pero con calma y consciencia. Planchaba mi ropa detalle a detalle, tendía la cama sacudiendo todo a fondo, dejaba que el agua hirviendo cayera por mi piel y se sintiera bien, cepillaba mi cabello con amor y calma, me empecé a peinar más bonito, a maquillarme un poco.
Ya podía hacerme de desayunar tranquila y comerlo caliente sin prisas en el coche.
En donde más lo noté fue en el trayecto al trabajo, 5 minutos hacen mucho la diferencia.
Mi música me hacía feliz, mientras iba manejando por el carril de media sin necesidad de correr pues iba con tiempo. El tráfico dejó de sentirse al igual que la frustración que te dan los coches ajenos generada por la falta de tiempo que vienes cargando.
En el trabajo sonreía más y escuchar los podcasts ahora si me motivaban, porque sabía que estaba aquí por algo y sobre todo que estaba trabajando por mi mayor proyecto.
Al salir comencé a generarme rutinas sanas. No faltar a mis clases de Box ni al ejercicio.
Comer mis comidas completas y darle a mi cuerpo la mayor energía.
Al llegar a casa, solo era cuestión de no tomar el teléfono y enfocarme en el aquí y ahora. Dar ese abrazo que tanto llevaba anhelando todo el día, platicar de lo bueno y lo malo que me había sucedido, estar presente.
Darme un baño caliente antes de dormir y leer un poco.
Y así repetir, seguir generando rutinas sanas. Generando estas con el fin de poner a trabajar todos mis sentidos, mi cerebro y principalmente mi creatividad.
Entender que la vida que llevo es de esta manera porque así yo lo elegí, y que tratar de negarla o frustrarme por ella no va a generarme nada, al contrario, solo frustrará todo el esfuerzo que he construido.
Comenzar a hacer pequeños cambios que poco a poco vayan lanzado señales, ideas, nuevas oportunidades y sobre todo paz en mi vida.
Hoy me siento más tranquila y conectada con mi persona.
Aprendí a no correr tanto y juzgarme menos.
"Pian pianito" como bien lo diría mamá.
Estoy trabajando en mi mayor proyecto, le estoy dando fuerza y conocimiento; Me lo estoy dando.



Pd. La imagen del escrito me la compartió hoy mi hermana por la mañana. Ya está volando por todas las redes sociales, pero se las dejo una vez más por si no ha llegado a ustedes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hay años que apremian y años que enseñan

Let’s break el apego

El príncipe y la guerrera de cuento de hadas