¡Valga la redundancia!

Existen mucho mejores cosas que el pasado, cosas más valiosas a las que aferrarse.



Por ejemplo, tienes ese amigo que lleva días queriéndote ver y tú insistes en decir que no porque esperas de un pasado que ya ni siquiera te responde.




Existe ese restaurante que mueres de ganas de conocer, pero no te atreves a ir pensando que ese pasado algún día te llevará.




Existen tantos libros que leer, tantas calles que recorrer, tantas personas que conocer, que poco a poco van yéndose mientras te sientas horas pegado a un teléfono viendo que es lo que está haciendo ese pasado; viendo cuál es el presente de ese pasado y viendo tu presente yéndose rápidamente al pasado.




¡Valga la redundancia! Pero eso es en lo que estás convirtiendo tu presente al amarrarlo a algo que ya no está.




Dale paz a tu corazón, tranquilidad a tu alma y propósitos a tus pensamientos.




No es fácil soltar las cosas cuando fueron importantes para ti. Pero cuando aceptas el porqué de que ya no estén y toca seguir adelante, tienes que ponerle 200% de tu esfuerzo para hacerlo. Si tú no lo haces, nadie lo va a hacer por ti.Si tú no crees en ti, nadie va a creer en ti.




Invierte tu tiempo, tu vida, a ti en cosas que mereces y que realmente te están dejando algo.




Ámate tanto que recuerdes porque las cosas pasadas son pasadas, el presente está presente y la redundancia a veces es necesaria para dejarte en claro lo que con ojos abiertos no te permites ver. 





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