Te conviertes en lo que más tiempo inviertes
Ya basta de
juzgar a las personas, de quejarnos de las cosas.
De nada va a
servir, lo único que vas a lograr es desgastarte a ti emocionalmente y puedes
desgastar a alguien más que ni siquiera preguntó por tu opinión.
Es muy fácil
hablar y hablar cuando tú no eres el protagonista o la cara de esa historia. Es
muy sencillo voltear y decirle “ estás gordo, ponte a dieta” cuando ni siquiera
sabes si esa persona tiene alguna enfermedad que no se lo permite. Voltear y
decir “cuanta autoestima tiene para estar cómo está”, ¿Quién nos dijo que
éramos perfectos como para atrevernos a bajarle el autoestima excelente que
tiene una persona por creernos superiores?
Hace unos días
me encontré con una persona que todo el tiempo hablaba de ella, no daba permiso
al habla y vida de alguien más, y todos la juzgaban y catalogaban por eso. No
voy a mentir, llegó un momento en el que hasta yo lo pensé. Pero vamos a ser
realistas, no tiene nada de malo darle un poco de nuestra atención a alguien
que al parecer lo necesita. Días después solo me mantuve en silencio,era una
persona sin papás, sin alguien con quien hablar.Por supuesto que quería ser escuchada.
Son ejemplos
que me vienen a la cabeza en este momento, pero si tú piensas en tu día a día
encontrarás miles y miles de estos.
No tiene nada
de malo aportar un poco de amor y silencio propio para que alguien más se
encuentre bien y sienta amor. Quizás no va a terminar siendo tu mejor amigo, tu
pareja, tu familia. Pero al menos le estás otorgando unos minutos de desahogo
que realmente necesitaba.
No nos
quejemos, no lleva a nada. Por más absurdo que parezca y por más inservible que
crees que sea alzar la voz, álzala. Tu grano de arena aporta. Y la vida decidió
que se puede aportar para bien o para mal.
Quéjate y todo
va a seguir igual, es más, hasta inconscientemente estas jalando más y más
cosas negativas.
Aporta,
alégrate, pon de tu parte y vas a ver cómo todo poco a poco se acomoda.
Todos hemos
vivido momentos en los que no nos sentimos plenos, en donde es rutinario, en
donde no te encuentras en donde estás. Es válido, es válido sentarte un poco
ahí para darte cuenta que no estás cómodo. Pero que miedo vivir una vida así,
en donde el día a día se trata de quejarte, reprochar y perderte en lo que
tanto odias.
Comentarios
Publicar un comentario