Quise construir Roma en un día
Lo que sucedió fue
que siempre quise construir Roma en un día y olvidé que no tenía ni cemento ni
material.
Me frustré cuando el
camino no se abrió, cuando por la ranura no entre y cuando las olas me lanzaron
fuera del mar, porque temía que nunca más existiera la misma oportunidad.
Aferrarme a todo por y para
que terminara la carrera universitaria en un mes, escribiera un libro en una
semana y obtuviera un carro en un día.
Decepcionada porque las
cosas no sucedían en el momento que tenían que suceder para mi, y que esto solo
me representara un fracaso y una puerta más cerrada.
Decepcionada de mi a pesar
de haber dado días y noches, lágrimas y granos, hambre de más y hambre de
menos.
No tenía ni la menor idea
de todo lo que me estaba degradando a pesar de estar creciendo. Que poco a poco
iba subiendo la montaña y lentamente me dejaba caer con cada roca que veía en
el mismo lugar, sin retroceder. Me tiraba horas, días, semanas en el mismo
lugar, con agua y suficiente alimento, con manos de apoyo y ochenta diferentes
caminos sin rocas para subir, quizás hasta un helicóptero esperando por mi.
Triste de no contar con las
palabras de apoyo que necesitaba escuchar en el momento de alguien más, sin ni
siquiera haberle entregado el dialogo que le correspondía decirme.
No podía ver que no nací
capaz de construirme mi propio hogar en un día, de enamorarme en dos y de
lograr mi mayor sueño y meta en tres; pero que sí nací capaz de recolectar
cemento y materiales en un día, conocer a un ser maravilloso en dos y mover
cielo, mar y tierra para posicionarme en el camino en tres.
Tenía todo para llegar y
lograr cualquier cosa que me propusiera, cualquier cosa que quisiera, solamente
me faltaban las ganas de disfrutar el camino, de respetar los tiempos y la
forma en que la vida presenta todo.
Solamente era necesaria un
poco de paciencia, un poco de respeto a todos los esfuerzos que hice, a pesar
de que la meta no se alcanzó, se cambió o simplemente no llegó.
Era necesario un poco de
amor a cada hora, a cada detalle, a cada suceso del día a día que poco a poco
me iba acercando al lugar en donde tanto deseaba estar.
Que no sería fácil, y tal vez al
final no sería ese el camino, pero que al menos sudor, mar y lágrimas, habrían
valido totalmente la pena; la meta.
Te admiro y todo lo que te propongas lo puedes lograr hermana hermosa❤
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