Para cabrón, cabrona y media


¿En dónde está ella?

¿Qué le pasó?  ¿Dónde la dejaron?  ¿Qué le pasó y en donde se dejó?

Aquella sonrisa que le caracterizaba, toda esa locura que irritaba y todo ese brillo que la hacía soñar. ¿En dónde está ella y porque aún no despierta?

Las peores caídas son las mejores experiencias, y las mejores experiencias lo que te hace más fuerte. Es hermoso el final de esa frase, pero en donde queda el clímax y como la llevas a cabo.

Me he puesto a pensar una y un millón de veces, eres hermosa, no te dejes vencer, tiempo al tiempo, pasito a pasito, hasta en mis pensamientos han recaído frases como tú eres mejor, y tú también debes poder, cuando ni siquiera sabes que es ese “poder” que la otra persona puede tener.

Me pregunto yo si ya me cansé de esto, si solo ya se me está volviendo monotonía, o si me está pasando por rutina. No quiero abrir los ojos, aunque abiertos ya están, no quiero voltear y verme una vez más y decir estas aquí, tú, libre y hermosa. ¿Por qué? ¿Por qué cuesta tanto?

¿Por qué nuestro cerebro nos juega de esa forma, nos hace grandes y valientes en un segundo, y después nos acobarda y nos tira?

¿En dónde está ella?

Por supuesto que se en dónde está, escondida en el que dirán, en el que dirá, en el pensamiento de alguien más. Escondida en el pretexto del que pasará, del que el sentirá, del que cambiará. Está intentando correr en vez de caminar, intentando volar en vez de flotar. Creyendo que todo de un día a otro cambiará y algo la hará sentir mejor, cuando lo único que la puede hacer sentir mejor es ese día a día del que tanto intenta huir.

No creo haber escuchado jamás que algo haya resultado de una sencillez, o al menos que las mejores cosas hayan aparecido y se hayan realizado por algo hermoso y totalmente fácil, y lo acepto esta cabrón, todo esto esta cabrón.
Cabrón, que palabra tan extraña viniendo de mí, pero es lo que en estos momentos siento.

 Siento que él es un cabrón, un cabrón capaz de tenerme en las nubes, y tirarme al piso, un cabrón con determinación de hacer lo que hizo, el cabrón que me dejó enamorarme de él, aquel que me encendió una vela más, unas esperanza más, el que me compartió su tiempo y el que logró florecer sentimientos en mí. Él es el cabrón al que le entregué mi corazón.

Cabrona es la situación, una situación de altas y bajas, de llegadas y despedidas, en donde los sentimientos flotan si saber a dónde voltear. En donde existe constante pelea entre el querer y el poder, entre el orgullo y la dignidad, entra lo que amas y lo que te está lastimando. La situación es tan cabrona que juega con los días, juega con tu tiempo y juega con tu mente. Juega a que todo estará bien por los días, te hace fuerte y hermosa, pero juega a que nada va bien por las noches, te hace ermitaña y llorona.
“Such is life”- Así es la vida. Esas son las palabras de una mamá tratando de no ver a su hija llorar, a su hija perdiendo el tiempo en malos pensamientos y en malas emociones.

Toda esta situación me está costando, me está costando levantarme y hacerme a la idea de que todo puede cambiar, todo puede cambiar de un día a otro como fue lo que sucedió. Pero nada me ha derrotado jamás, muchas cosas me han tirado, pero nada me ha enterrado. Y este cabrón no va a ser el primero en lograrlo.

Hermosa y capaz, así es como me siento. Hermosa y fuerte, un paso adelante. Aunque sé que cuesta, lo vale. Vale el precio de haberme sentido chiquita, vale haberme dejado llorar, haberme dejado sentir que está no era yo. Dejarme ver que la vida es vida, y solo se vive una vez. Que tengo el derecho a llorar, que tengo el derecho a gritar, que estoy en total derecho de sentir, de rogar, de sufrir, de cometer tonterías y de dejar la bipolaridad de mi cuerpo fluir.
Tengo todo el derecho pues es parte de vivir, lo que no tengo derecho, o más bien tiempo, es para seguir así mucho tiempo. Ya le di luto, el tiempo que merecía la situación, y le regalé unas cuantas horas, pero al final de cuentas toqué el piso para poder impulsarme.

¿Cabrona?
-Sí, esa soy yo.

Aquella cabrona capaz de decir adiós, de mirarse en el espejo y decir eres tú contra el mundo. La que es invencible, y totalmente sensible, la que toca el piso, pero nunca lo acaricia. Aquella que sabe lo que vale, que es capaz de voltear y decir gracias, gracias a todo lo que ocurre, porque si las cosas no ocurrieran, ella no sería la que es. Porque si no existiera gente secundaria en su vida, esas personas que acoplan su libreto, ella no podría desarrollarse como protagonista. Me siento orgullosa de ser esta cabrona, la que nunca deja de entregar todo de ella, la que a veces entrega de más, pero la que nunca pierde nada al dar. Aquella que lucha por lo que quiere, que ama lo que hace, que camina con la frente en alto y muy decidida puede decir voy de frente, nada oculto y si, aquí voy.

La cabrona que por entregar todo de ella, muchas veces recibe menos de alguien más, la que toma eso que recibió y lo recupera como lo que dio, convirtiéndolo en experiencias, en lecciones y en uno de esos granitos de arena que conforman el reloj de su vida. La cabrona que voltea al mundo con una mirada, esa que no se detiene por nada, que si tiene que vivirlo lo vive, que si tiene que dejarlo ir, lo deja, aquella que aunque su corazón se estremece ante el cariño de quien la lastima, termina siendo estremecida por el cariño de quien la valora.

No hay edad para sufrir por amor, por desamor, no hay tiempo para hacerlo, ni mucho menos para dejarlo de hacer, es cuestión del querer y del saberte grande.

Tengo 18 años, y mi vida va empezando. Así como me deje sentir, así me volveré a sentir en algún momento. Las cosas pasan por algo, por algo conoces a alguien, por algo vives cosas con ese alguien, por algo entregas lo que eres a ese alguien, no todo es caso perdido. No en mi situación, no porque yo nunca entregué algo falso, nunca he entregado una mentira y me siento feliz de saber que cada momento que he vivido ha sido real, real para mí, en donde yo me he sentido feliz, plena, pura y en paz.

Eres lo que lo que sientes, piensas y haces. Necesitas sentir para saberte tú, necesitas sentir para poder aprender, sentir amor para poder creer, sentir felicidad para poder vivir, sentir dolor para poder seguir, necesitas sentir para poder pensar.

Piensas para saber qué hacer, piensas por ti, pienses por él, piensas por la situación, pero piensas sintiendo. Pensarás cosas erróneas, que al final fueron las correctas.

Pensarás que llorar fue malo, cuando esas lágrimas limpiaron lo que sentías, pensarás que hacerte la fuerte fue lo correcto, cuando en realidad solo necesitas gritar y desaparecer un momento.

Pensarás que todos los estereotipos culturales y sociales que se tienen es lo único que importa, que si tú no te sientes capaz ni correcta de hacer algo, tienes que hacerlo si no quedarás como una débil, una tonta y que si haces algo que no parece correcto quedaras como la rogona, la débil y como una tonta. Hagas lo que se cree correcto o lo que tú crees correcto, lo que se cree erróneo o lo que tú crees erróneo serás juzgado de la misma forma.

Entonces empieza a sentir por ti, siento odio, siento amor, siento frustración, siente coraje, desesperación y tristeza. Siéntelo por ti, siéntelo hacia alguien más, piensa todo eso que sientes, libera todo eso que quieres hacer, piensa por ti, piensa por él, piensa por la situación.

Piensa, más no lo hagas. Es imposible decir siente y piensa solo por ti, porque que yo sepa si estuviste con alguien más es porque pensaste y sentiste por dos personas, por ti y por él. Lo que sí es posible, y lo que determina si caminas paso a pasito, o si sigues detenido en eso que te afecta, es lo que haces.

Ya sentiste por alguien más, pensaste por alguien más, pero no hagas algo por alguien más. Hazlo por ti.

A nadie le importara si lloras, si no sigues adelante o si te duele algo, va a ver gente que te quiera y te apoye, te ayude a sentirte mejor, pero si tú no estás dispuesta al cambio, el cambio nunca llegará. Si estás triste, a él no le afectara, si estás feliz, tampoco lo hará.

No permitas que la vida de alguien más determine lo que tú eres. Que haga que pierdas tu tiempo, y si es pérdida de tiempo, pues se te están pasando segundos de tu vida, que se los estas regalando a la vida de alguien más, y sabes ¿Qué es lo peor de eso? Que ese alguien más no sabrá ni de quien vinieron esos segundos.

Quiérete por quien eres, si alguien más decide que su camino ya no va con el tuyo, ten la determinación de saber aceptarlo y darte cuenta que no te está haciendo daño, sino un favor.


Nunca nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco imposible.

Las cabronas, no nacen, se hacen y para cabronas, si aquí estoy yo, siendo cabrona y media.

Comentarios

  1. Escribes tan bonito. Estoy orgullosa de ti y de quien eres. Si tú estas bien contigo misma ¿quién contra ti? Eres la niña más fuerte y cabrona nunca te dejes derrotar por nada ni nadie.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta como escribes pero sobre todo, me sirvio muchisimo, en verdad no te imaginas cuanto.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hay años que apremian y años que enseñan

Let’s break el apego

El príncipe y la guerrera de cuento de hadas