Algo mejor siempre viene

Me gustan los días mágicos como hoy.  Domingos mágicos. Esos días en los que nada pesa y nada amarga. Inhalar y exhalar , oler toda clase de aromas, desde el perfume de la señora que espera ansiosa junto de mí por la llegada de alguien especial, como toda clase de comida que venden aquí. Me gustan los Domingos en el centro de Querétaro cuando la gente se reúne alrededor del quiosco a bailar o solamente a apreciar. Se escuchan los tambores, los gritos de los niños, los susurros de las pláticas, los pasos de las personas al caminar, la risa sin pena, los besos de amor, la música, las ruedas andando de las bicicletas, el agua de la fuente cayendo, el pie nervioso esperando a alguien;   En resume yo escucho vida. Me gusta ver como la gente disfruta de este día, debe de tratarse del nombre de él o simplemente del sentimiento de que es fin de sem ana. Domingos mágicos como hoy, en los que despertarte a las 10:00 am no es culpa, desayunar ...

1:41 de la madrugada, el cuarto tiene una cierta mezcla de olores que me parecen inciertos de distinguir, debe ser porque el café que tomé y el olor del barniz blanco que decidí ponerme no combinan. Domingo loco, no puedo dormir. Tengo tantas melodías cantando en mi cabeza que empiezo a creer que ninguna de ellas se mezclaran. Solo pienso en mí, que extraño, siempre escribo sobre lo que pasa, lo que vivo y en su mayoría (por no sonar muy dramática) escribo de ellos, de todos esos amores. La verdad es que si quisieran leer escritos sobre mi familia, amigos u cosas que me apasionan los podrían encontrar, pero me encanta ser algo melodramática y contar sobre cada novela, cuento, leyenda, realidad o sueño de amor en pareja. Cada escrito tiene su sabor, con un poco de chispas del color del día en el que los escribo, con un poco de glaseado del sentimiento por el cual estoy plasmando y un poco de envase de la persona que a mi alma ha tocado. Escribo por mo...

Y así de golpe estaba dispuesta a darme una segunda oportunidad en el amor.                                                 Así de golpe estaba dispuesta a empezar de nuevo y abrir mi corazón. Así de golpe te veía y no podía dejar de hacerlo. Pasaba que desperté un día con ganas de que no volvieras a dejar de escribirme, ni que olvidarás lo bonito que era pasar los días juntos. Así de golpe ya no podía sacarte de mi cabeza, ya no podía pretender que nada pasaba y las letras de las canciones lo sabían, pues todas me hablaban de ti. Cada movimiento de mi cuerpo era exactamente cada emoción de ti, de poder tenerte. Así de golpe me pasó, no podía creer que nuevamente me estaba enamorando. Nuestras pláticas de almohada y besos de madrugada, tan casuales para enamorar. Cada que me rosas cerca de la boca   siento mariposas, muevo la cin...